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Un fenómeno de El Niño impredecible
Miércoles, Febrero 12, 2020
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Este fue uno de los resultados de la investigación desarrollada por la profesora tadeísta Diana Cristina Díaz, quien determinó las posibles causas que explican por qué los eventos de La Niña o El Niño han generado impactos tan diversos sobre el territorio colombiano. A partir del modelado matemático se busca mejorar la manera en la que se pronostica la variabilidad climática.
Por: Diana Gabriela Hernández - Fotografías: Alejandra Zapata y Pablo García Saldaña - Pixabay

Dos de los eventos climáticos que más han generado riesgos para la salud y pérdidas económicas en Colombia son los llamados fenómenos de El Niño (fase de calentamiento) y de La Niña (fase fría). Estos son originados por un patrón climático denominado El Niño Oscilación del Sur (ENOS), que consiste en una interacción entre el océano y la atmósfera, lo que causa aumentos o descensos atípicos de la temperatura de la superficie del mar en el Pacífico tropical central y oriental, y cambios de la presión atmosférica superficial sobre el Indo-Pacífico tropical.

"Los efectos del ENOS varían según la zona considerada. Cada evento parece tener niveles de afectación distintos, así las anomalías de temperatura y presión sean aparentemente similares. Este panorama dificulta aún más la obtención de un mejor pronóstico y, a su vez, prever mejor los diversos impactos de ENOS sobre el territorio colombiano", comenta Diana Cristina Díaz, docente del Departamento de Ciencias Básicas y Modelado de Utadeo, quien al observar estas dificultades, y después de un trabajo juicioso con mapas compuestos (cuya función es dar cuenta de las anomalías o variabilidad de la velocidad del viento), halló que la conexión del Atlántico Norte con el desarrollo de ENOS puede brindar posibles explicaciones de los efectos desconcertantes sobre Colombia, ya que la relación puede darse a través de la Oscilación del Atlántico Norte (OAN), que es una variación de la presión atmosférica en esta zona del hemisferio norte.

 

Diana Cristina Díaz, docente del Departamento de Ciencias Básicas y Modelado de Utadeo.

“Antes se creía que la teleconexión o enlace a grandes distancias entre anomalías climáticas aparentemente desconectadas entre sí, como lo son ENOS y OAN, no era posible. Hoy en día, gracias al modelado y la simulación matemática, se ha comprobado que sí existe y que su naturaleza es compleja. La razón de su complejidad reside en que El Niño y su fase opuesta, La Niña, pueden concentrarse en el Pacífico Central tropical (PC) o en el Pacífico Oriental (PO), suscitando procesos atmosféricos diferentes”, explica la docente.   

Señala que la respuesta del Atlántico Norte a las anomalías de la temperatura superficial del mar en el Pacífico ocasionan que, bajo ciertas condiciones, la evolución de un evento ENOS genere cambios en la intensidad de los vientos alisios de noreste, en las formaciones tormentosas del Atlántico Norte y el desplazamiento de la zona de convergencia intertropical reforzando o atenuando la influencia del ENOS sobre Colombia.

Al tener claro que, dependiendo de la interacción entre ENOS y OAN, el impacto sobre las variables hidrometeorológicas variaba, la docente construyó mapas compuestos con los promedios de las anomalías de precipitación y temperatura superficial del mar, registradas entre los años 1951-2016, en los trimestres Diciembre-Febrero, con eventos ENOS del PC, PO y fases opuestas de la OAN. En total se seleccionaron 33 eventos, los cuales fueron clasificados en los ocho escenarios determinados por las combinaciones entre las fases cálida o fría del ENOS, su posición predominante en el pacífico y las fases positiva o negativa de la OAN.  

De esos 33 eventos, 17 fueron de El Niño, de los cuales 13 ocurrieron acompañados por una OAN negativa; en este escenario sobresalió la disminución de la precipitación en la mayor parte del territorio, especialmente en la parte Andina y del Caribe, mientras que solo 4 de los 17 sucedieron con OAN positiva.  En estos casos, aunque también hubo menos precipitación en gran parte del país, hay unas regiones del suroccidente del país (Cauca, Nariño) en las que, por el contrario, se observan aumentos. Un resultado similar se obtuvo para los eventos de La Niña analizados, en las que se aprecia una clara diferencia entre los escenarios posibles.

Temperatura del aire durante 2019 - Gráfica: Diana Cristina Díaz

El paso de El Niño por Colombia 

Consientes o no de este evento natural, todos los colombianos hemos pagado las consecuencias de su ocurrencia. De acuerdo con los datos de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), las pérdidas económicas del último evento fuerte de La Niña (2010-2011) alcanzaron los 6.500 millones de dólares, equivalentes al 5,7% del producto interno bruto durante ese tiempo.

Por su parte, el más reciente evento de El Niño (2015-2016), uno de los más intensos de las últimas décadas, le costó al país 1,6 billones de pesos que fueron invertidos en atender las emergencias ocasionadas por la fuerte sequía que vivió gran parte del territorio nacional.

En zonas de la región Andina y Caribe hubo una reducción en los volúmenes mensuales de precipitación de hasta el 40 %. Las consecuencia se vieron reflejadas en la baja producción pesquera y acuícola, el deterioro de ecosistemas marino-costeros, el incremento de malaria y dengue, la reducción de la producción de flores, hortalizas, tubérculos, cereales, la reducción de la navegación fluvial y producción hidroenergética, entre otras afectaciones. Sin embargo en la zona Pacífica Sur, el Piedemonte Llanero y Amazónico, las consecuencias fueron opuestas, pues las inundaciones y avalanchas fueron protagonistas, debido al aumento de los niveles mensuales de precipitación.

 

Las consecuencia de El Niño, entre 2015 y 2016, se vieron reflejadas en la baja producción pesquera y acuícola.

En la búsqueda de un pronóstico más acertado 

La profesora Díaz, quien contó con la colaboración de Gabriel Gutiérrez, integrante del Semillero de Investigación en Climatología, Oceanografía y Meteorología (SICLOM), señala que estos resultados son un primer avance que permite identificar y explicar las diferencia en el impacto que cada ENOS ha tenido sobre la dinámica de las variables hidrometeorológicas en nuestro país.

"El sueño por alcanzar es sumar conocimiento que conduzca a la consolidación de indicadores que mejoren el pronóstico del evento ENOS en Colombia. Hasta el momento los resultados encontrados son el punto de partida para dos tesis de maestría en Modelado y Simulación y dos del Doctorado en Ciencias Ambientales de Utadeo, que buscan concretar un modelo de pronóstico que incluya los diferentes escenarios determinados en el trabajo realizado", comenta.

Finalmente, advierte que, además de profundizar la comprensión del ENOS, también se busca fortalecer la divulgación científica sobre la variabilidad climática, especialmente ahora que, a raíz del cambio climático, el interés por estos temas se ha incrementado, pero también la confusión de procesos que son de origen y naturaleza muy distinta, no todo es cambio climático, ni todo es ENOS. 

 

Se espera que, a partir de su trabajo de investigación con cuatro estudiantes más, se obtenga un modelo de pronóstico.