A dos años de su inauguración, el Edificio de Artes y Diseño se ha convertido en un lugar de paso para todos los tadeístas. Sus aulas han visto exposiciones, desfiles de moda, clases, charlas y han acogido en ellas a invitados nacionales e internacionales de diferentes áreas del conocimiento.
Con sus múltiples terrazas, el edificio se ha convertido en un espacio para observar la ciudad y también para ser observado. Gracias a su arquitectura, y la manera como se integra con el paisaje capitalino, el EAD es un edificio para descubrir, recorrer, imaginar y crear.
Le preguntamos a los directores de las escuelas y el decano de la Facultad de Artes y Diseño por su lugar favorito del edificio y por cómo cree que este contribuye a potenciar su disciplina. Esto nos contestaron:
Oscar Salamanca – director Escuela de Arquitectura
Este es un edificio que en el ámbito profesional ha generado muchas discusiones. Hay arquitectos que les parece que el edificio le apuesta a unos asuntos novedosos, hay otros que plantean no le aporta a la configuración de un perfil urbano o de una idea de ciudad.
Si a mí me preguntaran qué es este edificio o cuál es su propósito esencial, yo diría que es un edificio que está hecho para ser recorrido, en el sentido de que hay múltiples maneras de ahondar en los espacios que tiene.
En la medida en que uno va caminando por él, es posible encontrarse con sorpresas de imágenes y de paisajes que se van descubriendo en esa simbiosis entre naturaleza y ciudad que se da dentro de los diferentes puntos que se encuentran en el recorrido del edificio.
Entonces uno descubre la ciudad vieja, la ciudad nueva, la ciudad moderna, la ciudad contemporánea, el paisaje… digamos que una multiplicidad de variaciones, que desde mi punto de vista lo hace muy interesante. En particular, el nexo que construye con el paisaje de Bogotá, con la naturaleza, y la relación que tiene con el parque de la independencia, con los cerros. Y en ese sentido, yo diría que el edificio lo hace muy bien.
¿Qué lugar del edificio invita a conocer?:
Yo llamaría a la gente a recorrer el edificio. Descubran los espacios que hay y los potenciales lugares de Bogotá que normalmente pasamos inadvertidos y que a través de las secuencias de espacios que se van dando en ese recorrido se van descubriendo y nos muestran una Bogotá un poco diferente.
Por ejemplo, tú te paras en las escaleras que van bordeando la calle 26, ahí hay una experiencia significativa. El recorrido sigue por unas escaleras más cerradas al interior del edificio que te lleva a las terrazas de los últimos pisos. Esa creo que es una experiencia que vale la pena tener.
Javier Gil – director Escuela de Artes
Pienso que todo el edificio tiene posibilidades muy interesantes. Hay una cantidad de lugares significativos para la práctica artística. Cuenta con muchos espacios, no solamente los oficiales porque las artes hoy en día se ejercen de muchas maneras y en muchas temporalidades y espacialidades.
Se habilitaron espacios permanentes para los estudiantes, en los que pueden trabajar constantemente. Por ejemplo, en los laboratorios de creación se facilita que los alumnos dejen ahí trabajo, que no lo tengan que estar trasladándolo y en ese sentido los procesos se mueven más fácilmente. Sobre todo en los procesos de creación que uno pone cosas en las paredes, las desmonta, las monta, y es importante tener todo a la mano y no estar en un permanente trasteo.
Hay varios espacios interesantes: los de creación, los talleres de objeto y escultura que cuentan con un espacio externo. Sería deseable que los alumnos y la institución los habilitaran para que se habitaran más, no solamente los espacios internos sino los externos, para que coja alma, calidez, para que se vuelva efectivamente un edifico de artes y diseño donde pasan muchas cosas y donde la vida misma está en los pasillos.
Alguien decía que el espacio es una relación social y tratándose de artes y estéticas, el edificio debería teñirse de esas características.
¿Qué lugar del edificio nos invita a conocer?
El laboratorio de creación. Es uno que está metido en un rinconcito, en una esquina del segundo piso y tiene una puerta que da a un pasto. Y es interesante porque se abre y da una relación con el prado y el espacio. La clase se hace adentro y afuera, transitando de uno a otro y pareciera que la misma espacialidad se enriqueciera al abrir esa zona. Es un lugar muy cerrado, es decir, aísla, pero al mismo tiempo permite crear unos niveles de conexión muy interesantes.
En particular me gusta mucho esa zona porque tiene una cosa muy rica de romper los límites del espacio académico. Yo veo a los estudiantes que se sientan en el prado, reciben el sol y se les abre el horizonte. Abrir el horizonte, abrir la mirada y sacarla de las cuatro paredes de un aula de alguna manera ensancha lo que se siente y lo que se puede pensar.
Francisco Pabón – director Escuela de Diseño, Fotografía y Realización Audiovisual
Yo creería que hay dos elementos importantes para recalcar sobre el nuevo edificio y como eso ha contribuido a la formación en diseño, en particular el diseño gráfico. Lo primero, es que nosotros hemos tenido la experiencia de dictar clases en salones ampliados que tienen una capacidad de hasta 48 estudiantes, y eso nos ha permitido que los diálogos que hacemos sobre los trabajos, las retroalimentaciones las reciben todos los estudiantes en un mismo momento. Creo que esa es una de las ventajas más importantes. El semestre pasado pudimos tener a todos los estudiantes de una misma clase, tres cursos distintos, intercambiando ideas, haciendo trabajo colaborativo.
Por otro lado, me parecen muy interesantes los estudios avanzados, por ejemplo, en el sótano donde están los estudios de animación y fotografía, que le permiten a un estudiante que está trabajando cierto proyecto, poder estar transitando entre los diferentes espacios que quedan muy cercanos, sin tener que estarse desplazando de un área a otra, o de un edificio a otro. Esto me parece interesante porque está el diálogo colaborativo entre todos, que va evolucionando las ideas y cuando las ideas están calientes, puedes en un mismo espacio trabajarlas.
¿Qué lugar del edificio nos invita a conocer?
Es un no lugar, una escalera. Cuando uno va caminando del segundo piso hacia el tercero piso, hacia la cafetería, y va subiendo las escaleras, se abre un gran panorama y aparece la torre la Colpatria y es una visión muy bonita, porque uno va viendo cómo se abre ese gran escenario del edificio.
Santiago Forero – director Escuela de Diseño de Producto
El edificio integra una cantidad de actividades en torno al quehacer de las artes y el diseño, desde una perspectiva intelectual, práctica y tecnológica. Reflexióna en torno a lo que es común y lo que los diferencia. Tenemos aulas-laboratorio para procesos de creación, que permiten tener diferentes tipos de interacción en torno a los problemas del arte, del diseño, de la arquitectura y la publicidad. Los salones son flexibles para hacer este tipo de aproximaciones. Las mesas se pueden convertir en lienzos para dibujar, en hojas de papel para pensar gráficamente, o plegar para hacer exposiciones donde están las maquetas o las planchas.
El edificio también se posiciona como un centro cultural. Tiene unos espacios que son ideales para el encuentro en torno a asuntos culturales, como por ejemplo el aula múltiple, en donde ha habido bienvenidas a nuevos estudiantes, donde acontecen clases de procesos de creación que son clases masivas, donde se integra a todos los muchachos. También ha habido exposiciones de artistas, arquitectos y diseñadores muy importantes y esto inspira a nuestros estudiantes, porque conocen las perspectivas de personas que se han manifestado profesionalmente y son conocidas por su trabajo. Y esto decora, o tiene lugar en el mismo espacio donde los estudiantes reciben clase y hace una suerte de inspiración que es muy importante.
¿Qué lugar del edificio nos invita a conocer?
Hay un espacio que tristemente permanece cerrado por temas de seguridad, pero es un goce estético, que es la terraza noroccidental del edificio, donde hay una percepción de la ciudad preciosa. Si se mira a la derecha, se ve toda la cadena montañosa del oriente bogotano, que es algo muy nuestro, de la ciudad; y del otro lado, del lado occidental, tiene toda la proyección de la ciudad, en el que se ve un fenómeno arquitectónico muy interesante e histórico de Bogotá. Hacia el sur se ve la candelaria y se aprecia el fenómeno de la gentrificación, de la modificación del centro; y un poco más al norte, recuerda uno que está el Observatorio, el Museo Nacional, la Macarena. Si uno se hace en esa terraza y hace un giro de 360 grados, puede disfrutar de momentos históricos, urbanos y de todo lo que sucede en la ciudad.
Christian Schrader – director Escuela de Publicidad
La publicidad tiene unos pilares en las ciencias sociales, la sociología, la psicología, la semiótica, es parte de su formación, otro pilar en las artes y los diseños como herramientas de producción de los mensajes y tiene un pilar fundamental en la big data en las tecnologías. Y de esa manera se entiende la utilización de ese edificio.
Hace unos años, hablando con empresas muy creativas, me decían que el entorno donde se desarrolla la actividad profesional son espacios no tradicionales, son espacios creativos, entornos creativos. La creatividad de alguna manera se interpreta por el espacio en el que uno se puede mover. Ese edificio tiene un entorno creativo. Uno lo recorre piso por piso y se encuentra no solo con las aulas sino espacios de exhibiciones, talleres. En el caso de la publicidad los talleres de fotografía, yo puedo sacar fotos de carros, se pueden introducir estos elementos a los talleres. También hay espacios que integran con el entorno, en los pisos 6, 7 y 8 las aulas tienen un dialogo permanente con Monserrate. Dictar clase de noche en esos salones es una delicia porque hay un dialogo con los lenguajes urbanos y eso lo integra a la ciudad.
Ese es el espíritu del edificio. Ahí no se pueden tener pensamientos planos y tradicionales, hay que romperse la caja, pensar por fuera de la caja.
¿Qué lugar del edificio nos invita a conocer?
Me gusta mucho el aula múltiple porque tiene una importante cantidad de posibilidades. Ese gran cubo que está en el primer y segundo piso, es un lugar para hacer no solo eventos, se hizo el Alma de la Tierra, exposiciones. Todos los programas que integran la Facultad de Artes y Diseño le sacan un gran provecho.
Alberto Saldarriaga – decano Facultad de Artes y Diseño
El Edificio de Artes y Diseño se sale un poco de las convenciones de edificios universitarios, que normalmente son más parecidos a edificios de oficinas con corredor, escalera, ascensor y baño, mas que un edificio realmente pensado para artes y diseño. Creo que este edificio, con sus virtudes y posibles defectos, es un edificio que atiende el espíritu de una facultad de artes y diseño. Tiene una plataforma muy claramente definida en relación con la ciudad, que contiene el aula multiple, un espacio fantástico que sirve para todo; que tiene unos talleres de grabado, de pintura, en fin; tiene lo que yo llamo una cintura metálica, donde está la cafetería, un espacio de estudiantes, y viene lo que se llama la torre, que son los cinco pisos restantes, aulas o talleres, que son completamente integrables. Puede haber un salón para un curso particular o puede haber todo el espacio de lado a lado para actividades múltiples.
Pienso que se asocia al espíritu más que a la mecánica de una facultad, el espíritu de no ser claustrofóbico, de estar vinculado con la ciduad a través de las terrazas, las ventanas, al tener espacios de mucha variedad, entre espacios relativamente delimitados hasta espacios flexibles. En fin, es un edifico pensado para artes y diseño.
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El anterior recorrido fue realizado junto a la fotografa de la Oficina de Comunicación, Alejandra Zapata. Guiada por las indicaciones de los directores y del decano, a la par que revelabamos miradas desde y sobre el edificio, Alejandra decidió retratar algunos de sus lugares, ángulos y paisajes favoritos. Comparto aquí algunas de ellas: