Para muchos hablar de entomología suena extraño, tanto como lo que se encarga de estudiar esta rama de la zoología: los insectos. Sin embargo, para la profesora e investigadora del Departamento de Ciencias Biológicas y Ambientales, y directora encargada del Centro de Bio-Sistemas Alberto Lozano Simonelli de Utadeo, Luz Stella Fuentes, esta es una de las palabras que mejor resume su pasión y ejercicio profesional de más de 17 años, cuyo origen se remonta al año 1999, cuando se vinculó a este centro en calidad de pasante, y posteriormente como joven investigadora en el Laboratorio de Entomología.
Oriunda de Bucaramanga, durante varios años vivió en Málaga debido al trabajo de su padre. Sin embargo, algunas dificultades de orden público en ese lugar obligaron a su familia a salir de allí, con rumbo a Bogotá, donde nuestra investigadora terminó sus estudios de bachillerato en el Colegio La Presentación, ubicado en el barrio El Restrepo.
Y es que para esta ingeniera agrónoma, la principal enseñanza es que la vida le ha colocado ciertas situaciones que ha sabido aprovechar y tomar con agrado. Desde su infancia nació esa pasión por convertirse en profesora. Adicionalmente, su gusto por la Biología y las Matemáticas la llevaron a obtener uno de los mejores puntajes de su colegio en las pruebas Icfes, lo cual aprovechó para hacer sus “pinitos” en pedagogía, dictando clases privadas de Algebra con los niños del barrio donde vivía, al tiempo que asesoró trabajos y tareas hasta la primera mitad de su pregrado.
Fuentes inicialmente quiso estudiar Microbiología en la Universidad de los Andes, pero varios factores la llevaron a estudiar una Licenciatura en Química en la Universidad Distrital, carrera que abandonó en quinto semestre para estudiar lo que realmente le apasionaba: la Agronomía. Como anécdota, la investigadora recuerda que para ese entonces, su hija Andrea Carolina Herrera se convirtió en una de sus compañeras recurrentes en el laboratorio, durante el desarrollo de la carrera, lo cual en últimas también forjó el gusto de su hija por estudiar Medicina Veterinaria.
Así, el Centro de Bio-Sistemas Alberto Lozano Simonelli forjó su camino en investigación, pues allí el profesor belga Raf De Vis, uno de los fundadores de ese lugar, se convirtió en su tutor y mentor, pero más que eso en la persona que incentivó el gusto por el tema biológico, particularmente el estudio de controladores biológicos para plagas en diferentes cultivos agrícolas, que la llevó a hacer su tesis sobre el impacto de algunas especies de parasitoides (insectos cuyas larvas se desarrollan en el interior o en la superficie de otro insecto impidiendo su desarrollo) en cultivos de tomate en Silvania y el Valle de Tenza (Cundinamarca).
Continuando con esa línea, y como parte de ese encuentro interdisciplinar, Fuentes realizó una Maestría en Biología Aplicada en la Universidad Militar, cuyo trabajo de investigación se basó en una nueva especie de ácaro Balaustium leanderi que depreda plagas como la mosca blanca, los trips y ácaros conocidos como arañitas (Tetranychus urticae), causantes de graves daños a cultivos agrícolas y de flores. En ese escenario, se analizó el ciclo de vida del animal y la tasa de depredación de este potencial controlador biológico.
Desde el año 2015, Luz Stella Fuentes se encuentra al frente del Centro de Bio-Sistemas Alberto Lozano Simonelli de Utadeo, lugar en el que inició en el año de 1999 como pasante.
La entomología puesta al servicio de la agricultura
Fuentes señala que uno de los propósitos de sus investigaciones es que tengan una incidencia real en la calidad de vida los agricultores: “Como investigadores partimos de un problema que se está presentando para plantear la investigación y hacemos una tesis o artículos científicos, y por eso recibes aplausos o te suma puntos a tu trayectoria como académico. Pero realmente lo importante es saber qué le estamos aportando al campesino o al agricultor, y es por eso que nuestros trabajos van enfocados en mostrarle a ellos nuestros modelos y hacerlos aplicables. Así sean pocas personas, lo importante es que en verdad lo que se está haciendo les esté llegando”, destaca la tadeísta.
Precisamente, uno de los momentos más gratificantes para la investigadora sucedió en la presentación del proyecto de Bioinsumos, que se llevó a cabo el año pasado. Allí uno de los agricultores mostró su admiración por el trabajo que ella venía desarrollando, al tiempo que narró cómo desde el sector productivo se transformaba el conocimiento en mejores prácticas de manejo de plagas en los cultivos.
De análoga manera sucede en el campo de la docencia universitaria, pues para Fuentes la enseñanza va más allá de leer y preparar la clase. Se trata más bien de un proceso dinámico que logre captar la atención de los estudiantes, donde se enseña con la práctica: “Al principio yo recitaba las clases, pero después me di cuenta que los estudiantes se aburren. Hay cosas que les gusta mucho y son los casos reales. El tema de toxicología da pie para contarles historias. Cuando veo que capto su atención continúo con los conceptos”, destaca Fuentes, quien en una de sus sesiones habla sobre lo sucedido con el mercurio en Japón y cómo algunos medicamentos utilizados en la época del Imperio Romano que contenían este elemento químico causaban la demencia de sus dirigentes políticos.
Algo similar ocurre cuando imparte sus clases de Entomología, pues les brinda la posibilidad a sus estudiantes de tener contacto con algunos insectos que la investigadora ha compilado de manera rigurosa en sus trabajos de campo, al tiempo que lleva algunos insectos vivos para explicar de manera sencilla procesos como el de depredación.
Pero el camino investigativo aún no se agota para Fuentes, a pesar que es reconocida a nivel nacional como autoridad en materia de Entomología. Actualmente cursa un Doctorado en Agroecología en la Universidad Nacional, el cual le ha permitido entender el contexto en el que habita el insecto y sus interacciones con los demás elementos del ecosistema como sus depredadores y las plantas que consume, y de esta manera generar conocimiento que propenda por la mejora en el manejo de las plagas y el fortalecimiento de los cultivos.
Desde el año 2012, la profesora Luz Stella Fuentes es una de las investigadoras que ha trabajo el nivel de afectación de los freilejones en el Parque Natural Chingaza por cuenta de la larva de la polilla pluma.
El Centro de Bio-Sistemas: Un ciclo profesional e investigativo
Desde el año 2011, Fuentes es profesora e investigadora del Centro de Bio-Sistemas Alberto Lozano Simonelli, y cuatro años más tarde se convirtió en su directora encargada. Para la investigadora, este lugar es un eje vital para la investigación en el país, en la medida que en Colombia no hay tantos centros de este tipo que presenten un impacto social en el sector agro: “He crecido junto al Centro y he aprendido. He vivido los momentos buenos y malos. Es un reto que se me presentó en la vida que nunca imaginé que me ofrecieran”, comenta sobre su más reciente nombramiento.
Aunque confiesa que inicialmente el reto la tomó por sorpresa, la tadeísta lo asumió con todo el ahínco posible, a tal punto que hoy considera gratificante ver como el Centro está resurgiendo, pero sabe que aún hay mucho por lo que se debe trabajar. La sostenibilidad económica, la ampliación de los servicios que ofrecen los laboratorios para el sector productivo, así como la consecución de clientes y la ampliación de los procesos de investigación a través de recursos externos, son algunas de las apuestas de la tadeísta.
Sin embargo, uno de los desafíos en los que trabaja a diario es motivar al equipo de trabajo del Centro, compuesto por cerca de 30 personas, donde busca ser más que una jefe, una orientadora de las actividades que se realizan allí.